Después de la gran experiencia en casa Francisco y Sofía (es otra historia). Me invitaron en varias ocasiones pero rechacé ir ya que me molesta estar con mucha gente. Ana, en una de mis visitas a su casa me preguntó que porque no acudía y le expliqué mis motivos. Le expliqué que no quería centrarme solo en ellos cinco, que ellos tenían su historia y todo y que tal vez nos viéramos alguna vez, yo prefería conocer a más gente. Lo entendió perfectamente y pensó que lo mejor sería que probara con otras personas. Me pasó el contacto de unos amigos de ellos también del mundo liberal.
A: Tranquilo, queda con ellos, son Marta y Luis, una pareja preciosa y tampoco les gusta mucha gente, son un poco diferentes a nosotros, pero te gustarán.
Al cabo de dos semanas me armé de valor y les llamé.
Y: Luis, soy Manmar. Me ha dado vuestro contacto Ana y Miguel, que somos buenos amigos.
L: Hola Manmar. Hace tiempo que estábamos esperando tu llamada, ya nos lo había comentado Ana, que te ha recomendado muy bien. Cuando quieras puedes venir a nuestra casa, charlamos tomamos algo y si hay feeling con Marta pues puede que surja algo.
Y: Pues perfecto. Yo podría desplazarme el próximo sábado y a media tarde estar por ahí.
L: Muy bien te mando la ubicación y te esperamos el sábado.
El sábado me ducho, me arreglo y sobre las 6 salgo de casa. Calculo que en poco más de una hora estaré en su casa. Llego a su ciudad y aparco cerca de la ubicación que me ha mandado. A las 7 y media estoy en el portal y llamo.
Y: Buenas tardes, soy Manmar.
L: Sube te estábamos esperando.
Llego a la puerta y me está esperando Luis, un señor de unos 65 años, bien parecido y fornido.
L: Buenas tardes Manmar, soy Luis. Pasa y nos sentaremos un rato a charlar. Marta ahora sube, que ha bajado a comprar un par de cosas. Esperaremos que llegue y así hablamos los tres juntos.
Pasamos al salón y saca un par de cervezas. Nos sentamos a tomarlas y hablar de cosas intrascendentes. Al momento se oyen las llaves en la puerta.
L: Debe ser Marta, voy a ayudarla y a decirle que estás aquí. No te muevas, ahora vuelvo.
Al momento entra Luis y tras él una preciosa mujer de unos 40 y pocos años. Con un pelo rizado rubio y unos labios carnosos, tal y como voy escaneándola con mis ojos veo un cuerpo espectacular, un poco entradito en carnes pero divino. Unos pechos grandes y unas caderas muy marcadas que hacen resaltar su buen trasero.
L: Manmar, esta es Marta mi mujer.
Y: Encantado, Marta, estás preciosa.
M: Gracias, tu también estás muy bien.
Nos sentamos a charlar un rato empezando por tonterías hasta que llegamos al tema en cuestión.
M: Nos ha explicado Ana que ya has estado con ellos y que sabes moverte en este mundo. Cuéntanos un poco tus experiencias y veremos si podemos coincidir en algo.
Les explico que todo y que ya he tenido algunas experiencias, soy novato en esto. Les describo las situaciones por las que he pasado en estos últimos meses y me escuchan sin ningún tipo de rubor ni sorpresa, pero de repente me interrumpen.
L: Por lo que vemos, podrías encajar con nosotros. Sólo que respecto a tus experiencias, la nuestra es un poco diferente.
Mi cara cambia de expresión.
L: No, tranquilo, ya nos ha contado Ana como eres y lo que te gusta. Lo que sucede es que Marta es una mujer muy fogosa, que necesita mucha marcha y yo no se la puedo dar toda. Hemos pactado que de cuando en cuando ella tenga encuentros con otros hombres y mujeres si le apetece, pero estando yo delante. Yo miro y como mucho me masturbo, pero no puedo darle todo lo que necesita. ¿Tú estarías dispuesto a venir de a satisfacerla sabiendo que yo os estaré mirando?
Y: Por mi parte no habría ningún problema siempre que podamos cuadrar fechas.
L: Genial, pues lo hablaremos y si nos parece bien a los dos te llamamos.
M: Manmar, te quedas a cenar, ¿verdad?
Y: Pues si queréis, pero no quiero molestar.
L: No es ninguna molestia, de hecho ya no hace falta que hablemos nada, si Marta te ha invitado a cenar es que le pareces bien. Ya estará caliente pensando en disfrutar de ti.
En un momento preparan la cena y nos sentamos en una pequeña mesa redonda. Entre risas y vino va fluyendo la conversación. Marta desliza su mano bajo la mesa y la posa en mi entrepierna, a lo que mi cara cambia de expresión y Luis se ríe.
L: Ya te está metiendo mano, esto va rápido, de hoy no te escapas. Cariño, cálmate un poquito y nos tomamos los postres y si Manmar quiere algún licor.
M: No sé si podré, esto va creciendo y me está poniendo muy caliente. Bueno, esperaré.
Nos tomamos el postre y Luis nos sirve un licor y nos sentamos en el sofá. Marta directamente ya se sienta junto a mi y mientras pego sorbos a mi licor ella empieza manosearme el pecho y a darme besos girándose continuamente hacia Luis, que empieza tocarse sobre el pantalón. De repente Luis nos propone pasar a la habitación.
L: ¿Por qué no pasamos a la habitación que estaremos todos más cómodos?
Al entrar veo dos cámaras alrededor de la cama. Le digo que no, que yo no he venido a hacer porno para que luego vaya rodando por ahí. Luis me comenta que no, que son para uso privado, que él se masturba viendo videos de cómo se follan a su mujer, pero que si me da reparo, tiene unas máscaras para que me pueda poner. A regañadientes acepto.
M: Hay una última cosa. - No puede ser, más sorpresas, me digo para mis adentros.- Necesito que te duches antes, ahí tienes el baño.
Y: Ahhh, sin problema, enseguida salgo.
Entro al baño y me pego una ducha, al salir voy solo en calzoncillos y con la máscara. Miro y veo a Luis sentado en un sillón frente a la cama, sin pantalones ni calzoncillos y acariciándose sus partes. Sobre la cama está Marta, con un conjunto de lencería espectacular que realza todo ese cuerpo voluptuoso. Se arrodilla sobre la cama y haciéndome un gesto con la mano me dice:
M: Ven aquí que necesito que me apagues estos calores que tengo.
Me acerco hacia la cama, ella se arrodilla y empieza a besarme. Yo la correspondo y empiezo a tocar esos bonitos pechos, se los saco del sujetador y empiezo a lamerlos jugando con mi lengua en sus pezones. Estos se van poniendo cada vez más duros, al igual que mi miembro. Me quita los calzoncillos y empieza a acariciarme la polla y a masturbarme. Acerca su cabeza y con la lengua se pone a lamerme todo el glande, buscando mis puntos más sensibles. Se la introduce en la boca mamándomela con desespero. Tras un rato así se aparta y me pide que le coma el chocho. La tumbo sobre la cama con el culo al borde de ella para que Luis pueda observarlo todo. Le quito el tanga y empiezo a saborear ese delicioso chochito. Lengüetazos, lametones, le succiono el clítoris y la hace estremecer. A todo esto Luis observando con atención y masturbándose. Le empiezo a introducir la lengua en el coño que cada vez está más húmedo y chorreante. Tras un rato así Luis suelta:
L: Fóllate a esa puta.
M: Si, fóllame, que el pollavieja este no es capaz de hacerlo y que vea como un hombre de verdad se folla a su mujer.
Me levanto y tal y como está le meto la polla hasta el fondo. Ella grita de placer. Empiezo un suave traqueteo adelante y atrás, que poco a poco voy acelerando. Llega un momento donde se ve que bajo el ritmo y ella me pide que me tumbe. Lo hago y ella se monta sobre mi y empieza a follarme ella. Aprovecho la posición para disfrutar de esos pechos entre caricias y chupetones. Me encarnizo con sus pezones y se ve que a ella le encanta ya que acelera el ritmo y empieza a soltar gemiditos. A todo esto, Luis se ve que no podía ver bien desde su asiento y ya estaba junto a nosotros observando.
L: Date la vuelta zorra, si me pones los cuernos por lo menos que yo disfrute viéndote.
A lo que ella, le obedece y se gira de cara hacia el sillón, dónde Luis vuelve a sentarse y continua masturbándose. Ella empieza a cabalgarme de espaldas a mí, mirando a su marido, apretándose los pechos y soltando gemidos para provocarle. Aprovecho para con una mano apretarle un pecho y con la otra acariciarle el clítoris. Entre los gemidos de Marta y viendo la situación de penetración y toqueteo múltiple, Luis termina eyaculando sobre sus propias partes. Nosotros continuamos con lo nuestro un rato y de repente noto la presión sobre mi polla mientras Marta se estremece en un orgasmo y acaba dejándose caer hacia delante. Esto tensa más mi polla y continúo empujando.
Y: Buff, quédate así y me corro enseguida.
L: No, no te corras dentro, quiero ver como le llenas la cara de lefa a esta puta.
Me aparto y ella se pone a mamármela hasta que noto que ya voy a explotar. Ella se aparta un poco para finalmente correrme sobre su cara. Con el dedo recoge el semen metiéndoselo en la boca, para a continuación acercarse a Luis y lamerle el que todavía tenía sobre su entrepierna. Se levanta y le da un beso apasionado a Luis, que interpreto como de agradecimiento. Después nos damos una ducha y al salir Luis nos pide que le acompañemos al salón. Quiere mostrarme que en los vídeos no se me puede reconocer. Nos sentamos en el salón y empieza a pasar las grabaciones, mientras el vuelve a masturbarse con su miembro medio flojo. Mientras vemos el video sufro una erección al observar desde fuera la situación, a lo que Marta se da cuenta. Se ve que ella también se ha puesto caliente y directamente se me sube encima de espaldas a mi mirando el televisor y vuelve a follarme. Se gira Luis y nos ve y no puede resistirse y se levanta frente a su mujer para que se la coma mientras me folla. La situación se vuelve un poco extraña, ya que después de un buen rato mamándosela no consigue que se le levante, a lo que finalmente Luis se aparta y se sienta de nuevo a tocarse mientras nosotros continuamos. Marta me pide que me siente en una silla, que lo haga cerca del borde. Le obedezco y ella se monta sobre mí poniendo los pies tras de mí en la silla. Con esta posición ella recibe la polla más adentro y empieza a saltar como una posesa con gritos de placer. Tras un buen rato así empieza a estremecerse apretándome la polla que me hace correr casi al mismo tiempo que ella.
Una vez recuperados un poco les digo.
Y: Ha sido un placer, pero son la 4 de la madrugada y debo irme.
L: Ya tenemos tu contacto y tu el nuestro. Cuando quieras follarte una zorrita ya sabes. Y cuando la puta de mi mujer tenga un calentón te llamaremos y si puedes lo solucionas.
Nos despedimos y así quedamos, en vernos de cuando en cuando.
