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La cena

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Pasaron dos semanas desde mi avería con las señoras "García", cuando me salta un whatsapp. Miro y es Ana.

A: Cuando puedas llámame.

Tan escueta, me asusta y la llamo de inmediato.

Y: ¿Qué sucede? ¿Ha ocurrido algo?

A: No, tranquilo -entre risas-. Mi marido sabe todo lo sucedido, tanto entre nosotros como con Sofía. Hemos estado hablando y quiere conocerte. Quiere que vengas un viernes o sábado a casa y cenemos los tres juntos y conversemos. Y ya sabes, que si todo va bien igual te llevas alguna alegría.

Y: Perfecto, si os viene bien puedo ir el sábado. A eso de las nueve podría estar ahí.

A: Pues genial, te esperamos el sábado.

El sábado a las nueve en punto estoy en la puerta con una botella de vino que me ha recomendado un conocido. Llamo al timbre y me contesta una voz de hombre, se me hace extraño. Me indica que suba y me dirijo hacia el segundo piso. Al llegar está la puerta abierta y un señor esperándome. El hombre de mi edad aproximadamente, un poco menos alto que yo pero más corpulento.

Y: Tu debes ser Miguel, el marido de Ana. Soy Manmar.

M: Pasa y saluda a tu amiga Ana.

Sale Ana desde el dormitorio con un vestido espectacular ceñido a su cuerpo y unos tacones de aguja, moviendo sus caderas como si agitara un cocktel. Los dos nos quedamos abobados mirándola.

A: Bienvenido otra vez, lo que pasa es que hoy no es por equivocación. Dame dos besos, que ya tenía ganas de volver a verte.

Y: Toma Miguel, he traído una botella de vino, que me han recomendado ya que yo no entiendo.

M: Pues si que es buen vino, si. Vamos al salón, la abrimos y nos tomamos una copa mientras se termina de hacer la cena.

Me hacen pasar al salón. Abre la botella y sirve tres copas.

M: ¿Qué tal? ¿A qué te dedicas? ¿De dónde eres?

Y: He estado dando vueltas de aquí para allá trabajando y cuando me separé volví para casa.

M: Ya me ha contado Ana que has conocido a Sofía, no sabía yo esa faceta de ella, la hacía una mojigata recatada.

Y: Pues la verdad es que es una fiera, no sé si porque no le dan en casa o siempre ha sido así. Entonces, el marido de Sofía, ¿es tu hermano?

M: Pues sí, exactamente él. Se llama Francisco, es empresario y le va muy bien. Se ha vuelto todo un snob y tiene casa en la sierra y todo, bueno un chaletón.

Y: Pues que casualidad, que acabe tirándome a las mujeres de dos hermanos. Pero me preocupa. Ana me ha contado que sois liberales, pero tu hermano no, temo la reacción de Paco.

M: Francisco, si te oye, por eso sí te matará. Sofía le dijo que le iba a poner los cuernos y no se enfadó. Después le contó que estuvo contigo, no le gustó pero tampoco montó en colera. Poco a poco fue contándole que conocía a una pareja liberal y que no les importaba que el otro tuviera sexo con otras personas si se lo contaban entre ellos y mantenían la sinceridad. Poco a poco iba explicándole un poco nuestra relación sin decir que éramos nosotros. Después de tu encuentro con las dos, le explicó la idea de atreverse a probar relaciones lésbicas y que quería entrar en este mundo con él o sin él. Quedé con él y hablamos y le conté que éramos nosotros, primero se escandalizó y después de un rato hablando pareció entrar en razón. Me dijo que le parecía bien, que al fin y al cabo él toda la vida había ido por ahí tirándose todo lo que se movía. Le propuse de hacer un día de juegos con nosotros para así poco a poco ir desinhibiéndose. A lo que aceptó y me propuso que fuera en su chalet para que nadie nos viera, pero que pensaba invitar al pichafloja que se tira a su mujer y que venga con acompañante. Por lo que supongo en unos días te llamará Sofía para invitarte.

Y: No sé que decir, pero bien. El problema es que no sé de dónde sacaré la acompañante, pero ya pensaré algo.

M: Voy a ver si está la cena, ahora vuelvo.

Al momento vuelve Miguel con la cena y nos manda sentarnos. Nos acomodamos y nos sirve. Durante la cena continuamos con batallitas de la juventud para continuar con sus batallitas liberales, que van abriendo cada vez más mi mente. Entre risas nos terminamos la botella de vino. Para finalizar Miguel, nos hace pasar al salón y nos sorprende con un postre espectacular acompañado de una botella de champan. Entre risas y conversaciones el alcohol va haciendo su efecto, la cosa va animándose y Ana empieza a meternos mano a Miguel y a mi. Ambos le correspondemos, yo acariciando sus pechos sobre el vestido y Miguel metiéndole la mano por debajo de él. Le da un beso profundo a su marido mientras me manosea el paquete para, a continuación, girarse sobre mi y empezar a besarme. Se agacha y me desabrocha el pantalón y me saca el miembro para introducírselo en la boca, mientras Miguel se saca el suyo y empieza a masturbase. Ana que lo ve, le hace una seña para que se acerque y empieza a mamar las dos alternativamente. Se levanta y deja caer el vestido y nos indica que nos quitemos los pantalones y la camisa, obedecemos. Con los dos de pie junto a ella se arrodilla y vuelve a ocuparse de nuestros miembros, salivándolos y chupándolos alternativamente, para terminar intentando meterse las dos en la boca a la vez. La apartamos y Miguel se recuesta sobre el sofá, yo le quito el diminuto tanga que lleva y se agacha sobre Miguel a continuarle la felación dejando su culo en pompa. Aprovecho para empezar a comerle el coño notando sus gemiditos cada vez que le succiono el clítoris, continúo con su culo chupando e introduciéndole la lengua y salivándolo. Aprovecho que la veo bien caliente y lubricada y se la meto en el coño suavemente y empiezo a darle suaves empujones. Noto que ella cada vez le gusta más. Me aparta, se incorpora y me hace sentar al principio de un sillón, saca lubricante y me restriega bien la polla y su culo, me da la espalda y se sienta sobre mi polla introduciéndosela en el culo. Me cabalga poco a poco hasta que nota que ya se mueve fluido y con placer. Entonces llama a Miguel:

A: Cornudo, ven aquí. Que quiero sentir las dos pollas dentro. Fóllame.

Miguel obedece y estamos un buen rato dándole. Miguel me pide cambio de posición y se sienta él. Ana repite la postura con él dejándome a mi la posición de Miguel. Desde esta posición puedo observar todo el cuerpo de Ana, sus preciosos pechos, su coñito y la cara de placer mientras Miguel se la está metiendo por el culo. Procedo y se la meto hasta el fondo, que le hace soltar un grito seguido de un gemido. Continuamos así un buen rato entre Miguel manoseándole un pecho y yo chupándole el otro. De repente veo que Miguel se mueve, pero no entiendo que está haciendo. Y de pronto noto algo junto a mi polla. Resulta que está intentando introducirle su polla junto a la mía. Tras un poco de probar lo acaba consiguiendo y Ana empieza a dar gritos de placer.

A: Cabrones, folladme los dos a la vez, quiero esas dos pollas....

Tras un tiempo así, Ana termina corriéndose con un squirt dejándome todo empapado. Se levanta me lame todo y se pone a mamárnosla. La ayudamos masturbándonos, ya que también nos falta poco.

A: Vamos, dadme esa leche, la quiero toda en la boca.

Al poco le suelto unos chorros el primero directo a la garganta pero los otros por toda la cara. Se los recoge con el dedo y los chupa. Un poco después Miguel le coge la cabeza y le suelta tal chorro que acaba desbordándole por la comisura de los labios. Ana acaba de chuparlo todo y nos relame los miembros. Se tira en el sofá y nosotros con ella uno a cada lado. Nos coge la polla con la mano y dice:

A: Pues no ha estado mal, ¿no? Podríamos repetir esto más veces.

Después de un rato y conseguir recuperarme, me di una ducha me vestí y me fui y me dejé a los dos en la ducha que volvían a acaramelarse y seguramente acabarían en la cama, pero esa sería su historia.

Publicado 
Escrito por manmar7566

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