Pasaron unas semanas con alguna que otra avería en casa de Ana y un viernes mi jefe me dice que debo volver a casa del señor "García", ha llamado y ha dicho que su mujer tiene no se qué problema en la cocina, que el microondas no funciona. Que debo de ir a las 4 que estará esperándome.

Como buen trabajador que soy, a las 4 puntual me presento en el portal y llamo al timbre.

S: ¿Quién es?

Y: Sofía, soy Manmar, que me han dicho que tienes un problema en el microondas.

S: Sí, que no me calienta lo suficiente. Sube.

Entro y me recibe con otra preciosa bata de seda, diferente a la de la otra vez, y me quedo embobado mirando esas curvas que le marca. Me da un apasionado beso metiéndome la lengua hasta la garganta y me dice:

S: Pasa, te necesitaba.

No sé porque, pero esta será una tarde larga, me digo para mis adentros.

Y: A ver, ¿Cuál es el problema del microondas?

S: Nada, que anoche lo desenchufé para que a mi marido no le funcionase y así te llamaran. Yo lo que necesito es que me enchufes otra cosa. Deja las herramientas aquí que no vas a usarlas, vente al salón y nos tomamos algo.

Sirve en dos vasos con hielo un whiskey que ni conozco pero por el aspecto de la botella debe ser caro. Al probarlo su sabor me lo confirma.

S: Vamos a tomarnos uno de los mejores whiskeys de mi marido y que se joda el cabrón. A nuestra salud. Coge fuerzas que hoy las vas a necesitar, que tengo una sorpresa para ti.

Esto empieza a asustarme y le pego otro trago a mi bebida y se ve que mi cara así lo demuestra.

S: Tranquilo, que no es nada malo, seguro que te gusta mucho.

Estamos un rato hablando tranquilamente. Me cuenta que le ha dicho a su marido que sabía que le ponía los cuernos y que ella hará lo mismo, que será discreta, pero que la deje disfrutar de su cuerpo. Con esto, ella acercándose cada vez más a mi. Empieza a acariciarme y a tocarme el paquete.

S: A ver si se anima este que lo necesito arriba.

Me desbrocha los pantalones y me saca el pene y empieza a chupármelo. Me recuesto sobre el respaldo del sofá, cierro los ojos disfrutando del momento y la dejo hacer. De repente se oye la cerradura de la puerta.

Y: Mierda, tu marido.

La aparto y me abrocho los pantalones en un segundo. Se ríe y vuelve a desabrocharme los pantalones.

S: Tranquilo ven aquí, que será la sorpresa. - mientras vuelve a mamármela.

Aún así estoy nervioso, mirando hacia la entrada del salón. De repente, aparece alguien conocido. Ana, la cuñada de mi error.

A: Salidos, veo que habéis empezado sin mi.

Mi cara de asombro debe ser espectacular porque ambas empiezan a reírse.

S: Nos estuvimos contando nuestras experiencias contigo y nos poníamos muy cachondas recordándolo. Las dos teníamos ganas de repetirlo y finalmente Ana me convenció de que probáramos juntas contigo, no estaba yo muy segura, pero dice que me gustará. Esta cuñada mía me está descubriendo todo un mundo nuevo. Así que te hemos hecho venir y hoy nos tendrás a las dos para ti.

Seguidamente Ana se arrodilla junto a Sofia y empiezan una mamada a dos bocas que me hacer sentir en el séptimo cielo. Cierro los ojos y las dejo hacer. Van turnándose a introducírsela en la boca primero una y después la otra intercalándolo en lametones de las dos lenguas de arriba a abajo y de abajo a arriba. Ana aprovecha la situación para "tropezar" su lengua con la de Sofía y meterle algún que otro beso y lametón. Finalmente Ana se queda con mi polla en su boca y Sofía empieza comerme las pelotas y el culo, todo salivándolo muy bien que parece que me haya meado. Entre succiones, lametones y tocamientos estoy gozando y empiezo a notar que me voy a correr. Ana se da cuenta, se aparta y hace que Sofía se ponga junto a ella y se quedan las dos esperando mi esperma. De repente salen un par de chorros hacia sus caras el primero directo la cara de Sofía y parte sobre su ojo y el otro sobre la boca de Ana. Ana se acerca a Sofía y empieza a chuparle los restos del semen de su ojo, a la vez que va relamiendo el resto caído alrededor de la cara y acercándose cada vez más hacia sus labios. Sofía primero muestra cara de no saber lo que está pasando pero al final lo acepta y se lo devuelve lamiéndole el de la cara de Ana para terminar dándose un beso con lengua compartiendo ambas mis flujos seminales. A continuación se recuestan junto a mi en el sofá y empiezan a besarme.

A: Esto solo acaba de empezar.

Le pego otro sorbo a mi whiskey intentando asimilar lo que está sucediendo. Ana le pide a Sofía que ponga algo de música relajante. La coge de la mano y empiezan a bailar sensualmente delante de mi mientras se quitan la ropa. Se quedan ambas en lencería, Sofía con un conjunto color negro que hace realzar sus grandes pechos y su trasero, Ana con un conjunto rojo que favorece mucho sus pechos medianos y un tanga ideal para ese culo perfecto de gimnasio. Continúan bailando y Ana sensualmente empieza desabrochar el sujetador de Sofía, a lo que ella responde de la misma manera. Ana va un paso más allá y se acerca mucho a Sofía y empieza a besar y acariciar esos grandes pechos. Primero Sofía parece un poco desconcertada, pero supongo que por la situación y el calentón, la deja hacer y empieza a devolverle los lametones a Ana. Ambas se entrelazan en un apasionado beso con lengua mientras Ana desliza su mano hasta la entrepierna de Sofía para empezar a acariciar su coñito por encima de las braguitas. Sofía empieza calentarse cada vez más y de golpe le quita el tanga a Ana y mete su mano entre sus piernas. Ana le quita las bragas a Sofía y me indica con un gesto que me quite la ropa. Yo como muy obediente que soy, me desnudo rápidamente y me quedo en la distancia observando, esperando alguna señal, acariciándome tranquilamente el miembro disfrutando de la situación.

Ana de un empujón tira a Sofía sobre el sofá y se lanza a comerle el coño. Me acerco a Sofía y empiezo a succionarle los pezones y darle pequeños mordisquitos. Sofía se revuelve de placer entre gemidos y suelta:

S: No me lo puedo creer, a mi edad que me folle una mujer, y encima que sea mi cuñada. Ay, y porqué no descubrí esto antes. Sigue Ana, no pares, no pares.

Ana se da la vuelta sobre su cuñada, ofreciéndole su coño para así poder comérselo la una a la otra. Levanta la cabeza y me hace una señal indicándome que se lo coma a ella. Me meto a la labor con mi lengua junto a la de Sofía entre sus labios, rozando su clítoris, metiéndola en su vagina y así un buen rato hasta notar como fluyen sus flujos vaginales. Al ya tener su clítoris bien mojado y atendido por Sofía, decido pasar a su culo, que en esa posición sobre Sofía está perfecto para que lo devore. Empiezo salivándolo bien con muchos lengüetazos. Cuando ya noto la suficiente lubricación empiezo a introducirle mi lengua por su ano. Al rato, se gira Ana y me dice que abra su bolso, que lleva un bote de lubricante. Le hago caso e intuyendo lo que quiere empiezo a untar bien mi pene y su culo, al no protestar intuyo que voy en el camino correcto. Le introduzco mi polla en su culo poco a poco y veo como acelera sus gemidos. Ambas cuñadas se encuentran en un baño de salivas, entre gemidos y movimientos convulsos. Me cojo a los pechos de Ana y voy acelerando mi ritmo de mete-saca en su ano y ella va aumentando sus gemidos. De repente Sofía empieza a gritar:

S: Que me corro, que me corro, puta, me has hecho correrme. Gracias, Ana.

A: Pues ahora no pares tu, zorra, que me falta poco. Y tu cabrón, dame más, rómpeme el culo.

Obediente acelero más mi ritmo frotando y pellizcando sus pezones y Sofía continúa lamiéndole el coño.

Y: Estoy a punto Ana, no aguanto más, voy a correrme en tu culo.

A: Pues córrete cabrón, que yo también estoy a punto.

En un momento descargo mi leche en el culo de Ana y a los pocos segundos cae Ana desplomada sobre Sofía, entre convulsiones de placer.

A: Para Sofía, para, déjame descansar un momento.

Nos quedamos los tres tirados en el sofá recuperando el aliento. Me levanto, voy a la cocina y traigo tres bebidas para recuperarnos un poco.

Y: Señoras de "García", tomen algo para beber, que acaban de perder mucho líquido.

S: El que vas a perder tú cabrón, que hoy te vas de aquí más seco que una mojama. Que esto todavía no ha terminado. Acabaros las cervezas y nos daremos una ducha para refrescarnos.

Una vez terminadas las cervezas, Sofía nos pide que la sigamos a la ducha. Ana y yo obedecemos. Las sigo y observo la belleza de ambos cuerpos desnudos, tan distintos, pero a la vez tan perfectos cada uno, son preciosas. Nos metemos los tres en la ducha y entre los chorros empieza un baile de manos tocando cualquiera de los 3 cuerpos. Empezamos a besarnos, a acariciarnos y a lamernos. Después de un rato así, mi pequeñín recupera su erección. Sofía se da cuenta y dice:

S: Ana, en el mueble hay toallas grandes, cógelas y ponlas sobre la cama.

Me coge del pene y me lleva hacia la cama (no sé que obsesión tendrán estas dos con usarlo como un mango). Todavía los tres empapados, Sofía manda a Ana que se tumbe en la cama

S: Ana, túmbate sobre la cama. Que antes me has pillado por sorpresa con tus juegos lésbicos y has acabando follándotelo tu.

A: Pero si lo has disfrutado como nunca y tranquila, que todavía queda tarde.

Ana obedece y Sofía se pone sobre ella y empieza a comerle el coño. Me pongo detrás de Sofía y empiezo a hacer lo mismo. Disfruto cada lametazo entre estar todavía mojada de la ducha, la lengua compartida de Ana y los flujos que vuelven a emanar.

S: Fóllame cabrón, que es para lo que has venido.

Le meto la polla de un golpe hasta el fondo y suelta un gemido. Desde detrás de ella veo como empieza a introducirle un par de dedos a Ana mientras le come el clítoris. Ana corresponde con lametazos a su clítoris y a mis testículos. Empieza a comérselos introduciéndoselos en la boca (no los tengo grandes). Una vez ya empapados de saliva se pasa a mi ano a lengüetazo limpio salivándolo. Yo continúo con mi mete saca en el coño de Sofía y esta se emociona cada vez más con el de Ana, ya tiene dentro casi toda la mano. Ana empieza a introducirme la lengua por el culo y empiezo a notar un placer extraño. Se da cuenta y me mete un dedo completamente salivado mientras pasa a succionarme los testículos.

Y: Zorras, me estáis poniendo a cien. Voy a correrme por tercera vez.

S: Si, cabrón yo ya casi estoy, dame más fuerte.

Entre tanto empujón, saliva, lengua y succión, acabo corriéndome dentro de Sofía. Al poco empiezo a notar la presión sobre mi polla, ella está empezando a correrse.

S: Sigue cabrón, no pares.

Continúo empujando y al momento cae desplomada entre movimientos convulsos.

A: Cabrones, que yo casi estoy y me habéis dejado a medias.

Sofía se incorpora y vuelve a lamerle el coño y a meterle la mano. Viendo la situación me pongo detrás de Ana e intento poner mi polla en su coño mientras Sofía tiene media mano dentro. Al principio me cuesta un poco hasta encontrar el hueco pero una vez dentro es todo puro placer. Está tan lubricada que le entraría una botella de coca-cola de dos litros. Entre Sofía y yo continuamos un rato dándole placer entre los lengüetazos a su clítoris y todo lo que tiene metido en su coño. Empezamos a notar como nos aprieta cada vez más con su vagina y a moverse bruscamente. Esperando su orgasmo, nos suelta un chorro que me deja toda la tripa mojada y Sofía toda la cara. Se queda un momento relajada recuperándose y al momento se incorpora.

A: Cabrones, sois los mejores, hace años que no tenía un orgasmo como este.

Se acerca me da un beso con lengua, a continuación se gira hacia Sofía le da un beso con lengua y empieza a lamerle todo el flujo que le ha soltado sobre la cara. Nos quedamos un rato tirados sobre la cama recuperando el aliento. Al cabo de un momento Sofía nos suelta:

S: Quien me diría, toda la vida guardándome para el cabrón de mi marido y en cuatro días me has convencido para que le ponga los cuernos y que me folle a una mujer. Yo también lo he disfrutado mucho, cuñada. Ya sabes que tienes la llave de mi casa. Siempre que necesites algo puedes venir a visitarme. Pero a partir de ahora creo que ya no serán las conversaciones absurdas que teníamos antes.

Y: Señoras de "García", ha sido todo un placer para mí. Pero estoy exhausto y son las 8 y debo marcharme, además sus maridos ya no tardarán en volver.

Ambas asintieron, nos dimos una ducha ligera con poco roce y nos vestimos. Me acompañaron hasta la puerta y nos dimos un beso a 3 lenguas. Ambas al unísono me soltaron:

Hasta la próxima avería, que seguro que no tardará mucho.