Únete a la comunidad más popular de swingers de Español ahora
Acceso

Tenía ganas de más.

"El día que ella necesitó apagar su fuego."

8
0 Comentarios 0
149 Vistas 149
434 palabras 434 palabras

Se levantó con ganas de sexo. Ese día el volvía de viaje de negocios. "Amanezco sola y con estas ganas", pensó. La frialdad del satisfayer le daba pereza, se alivio brevemente en la ducha a base de alcachofa y chorros de agua, se puso su vestido corto de vuelo, tacón y dos gotitas de Chanel, salió a la calle ligera como el rocío del alba, sentada en la terraza de la cafetería se reclinó con las piernas entreabiertas, sus labios besaban la brisa de una mañana de julio en la que la temperatura apenas había comenzado a subir. - ¿Que tomará la señora? - Un café - ¿Solo? - ¿No sé, puedo tomarte a ti? Al camarero el bulto de la entrepierna comenzó a hacerse patente a la vez que las piernas de ella se abrían como una flor, dejando a la vista su precioso manjar. - ¿Me indicas donde está el servicio? Necesito repasar mis labios. Subió las empinadas escaleras hasta la planta superior seguida de cerca por el, quien disfrutaba en primer plano de las privilegiadas vistas. La intimidad del servicio precipitó el calentón que ambos sufrían, la soberbia valija del camarero ya estaba fuera cuando cerraba el pestillo y ella no dudó un segundo en meterla en la boca hasta lo más profundo de su garganta, chupó los 22 cm de carne dura, venosa, caliente, jugosa y con una curvatura exponencial igual a x cuando tiende a infinito que la puso chorreando solo de pensar en sentirla en su interior. - Ven, comeme el coño. El se arrodilló ante ella, sentada en el lavabo con las piernas en alto y besó, succionó, lamió y relamió su perfecto tesoro hasta que hizo brotar sus jugos, cundo levantó la cabeza ella gemía extasiada, repleto de ella se abalanzo para besarle la boca mientras su portento se perdía frenético dentro de la cálida caverna. La embistió fuerte y repetidamente, ella gritaba como la puta qué realmente era, el gemía guturalmente sintiendo que no podía más. - Correte en mi coño, ¡cabrón!. - le dijo, así lo hizo. Se fue a casa sin despedirse, rellena y chorreando semen por las piernas. Al llegar, se recostó en el sofá y abierta esperó. El llegó al poco y la descubrió, el vestido subido y su coño aún goteando. - No se su nombre -. Dijo ella. - No importa. El se agachó, limpio sus labios y la folló mezclando el semen en su interior.

Publicado 
Escrito por Dulceaffaire

Consigue acceso gratuito a estas fantásticas funciones

  • Crea tu propio perfil personalizado
  • Match con Swingers cerca de ti
  • Organizar encuentros con Swingers calientes
  • Descubre fiestas para adultos en tu zona
  • Chatea con personas de ideas afines
  • Explora nuestra galería de Swingers aficionados reales